martes, 29 de noviembre de 2016

Mitología Egipcia

Al inicio de todo reinaba un vasto caos líquido, en el residían en un estado uniforme, las semillas de la vida, entre ellas Atón (otra manifestación de Ra). Entre dos aguas flotaba el espíritu de la divinidad que accedía a la existencia en el momento en que tomaba conciencia de sí mismo, era Atón, y de su deseo de crear el mundo, en ese mismo instante surgía un islote de las olas en el que podía apoyarse y pudo comenzar su obra. Esta primera manifestación divina se concibe predominantemente como una emanación luminosa que rechaza las tinieblas que participaban del estado uniforme.

Atón subió sobre una colina (Heliópolis), entonces, dice el mito que de su saliva, surgió Shu que era la personificación del viento y Tefnut que era la humedad, ellos dos engendraron a Geb, la Tierra, y Nut, el cuerpo celestes o cielo. De estos últimos hermanos nacieron cuatro de los más famosos dioses, pertenecientes a la Enéada, Osiris, Isis, Seth y Neftis.


Isis y Osiris

El asesinato de Osiris por parte de su hermano, Seth que deseaba un reino rico en vez del desértico y cómo la cónyuge del difunto, Isis, desea recuperar a su esposo. Aunque profundizando un poco más, encontramos puntos de conexión más arraigados con la sociedad de la época y sus creencias. Se representa el Egipto Antiguo, puesto que Osiris es una personificación del río Nilo y Seth podria representar las tierras cuando están desérticas.

Este río sufre cada año fluctuaciones en su caudal: una época del año sube, fertiliza los campos y cuando retroce vivifica al pueblo gracias al alimento que produciran aquellas tierras, esperando ansiosos la vuelta a empezar del ciclo. Esto nos conduce directamente a la muerte y a la resurrección de Osiris que cuenta el mito. Osiris es a la vez un dios que está muerto y que juzga a las almas decidiendo si podrán ir ala barca de Ra o por el contrario serán condenados, lo que nos lleva de nuevo a la concepción cíclica del mundo egipcio relacionado con el mito de la barca de Ra, que por el día viaja con sus fieles acompañantes, los difuntos, y por la noche descansan.

Otra de las interpretaciones es psicológica: Osiris es la viva imagen de la esperanza, para un egipcio, de volver a la vida tras la muerte. Todos los egipcios pretenden y desean repetir el viaje de Osiris, un sentimiento humano común que muestra el no querer aceptar que al morir todo termina.

Los intentos de Isis por recuperar el cuerpo de su marido, dan origen a la momificación que está presente durante toda la antigua civilización egipcia y que logra un grado cercano a la perfección; los egipcios no dejaban que un muerto se deteriorara o si por circunstancias estaba en un mal estado debía de construirse, su mentalidad esta muy relacionada con la del mito.

No hay comentarios:

Publicar un comentario